29 de septiembre de 2013

De las razones por las que naciste.


Estoy casi segura de que va a llover. Casi. No tiene nada que ver contigo, pero por alguna razón el frío que hace en mi cuarto me hace pensar en las suelas de mi zapatos que dejé marcados en el concreto afuera de tu oficina. Aún así, en lo último que estoy pensando es en sexo. Te quise tanto, te quiero tanto, que si esa es la imagen que te puedo permitir quedarte de mí y si esa fue la única manera en la que te pude hacer sentir lo que yo todavía te quiero, en realidad no me importa. Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, probablemente Diciembre; no sé cuándo terminó todo, para mí es una línea perpetua que en algún momento se me fue de las manos. Te extraño tanto. Pero me dueles aún más de lo que te quiero. Y dejándome de hablarte entre líneas, y olvidando lo obvio de mi estado etílico, yo creo que hay pocos seres humanos tan agradecidos con el tiempo, la geografía y la situación demográfica, como yo al poder decir que sentí y que viví lo que tenía que hacer contigo.
Un cuarto de siglo no es nada con lo que yo tengo para quererte en mi vida. No te deseo nada más que lo mejor que sé que estás viviendo.

No hay comentarios: