15 de noviembre de 2013


Me pregunto si algún día te voy a dejar de extrañar.


Clementine.


I am not the first person you loved.
You are not the first person I looked at
with a mouthful of forevers. We
have both known loss like the sharp edges
of a knife. We have both lived with lips
more scar tissue than skin. Our love came
unannounced in the middle of the night.
Our love came when we’d given up
on asking love to come. I think
that has to be part
of its miracle.
This is how we heal.
I will kiss you like forgiveness. You
will hold me like I’m hope. Our arms
will bandage and we will press promises
between us like flowers in a book.
I will write sonnets to the salt of sweat
on your skin. I will write novels to the scar
of your nose. I will write a dictionary
of all the words I have used trying
to describe the way it feels to have finally,
finally found you.
And I will not be afraid
of your scars.
I know sometimes
it’s still hard to let me see you
in all your cracked perfection,
but please know:
whether it’s the days you burn
more brilliant than the sun
or the nights you collapse into my lap
your body broken into a thousand questions,
you are the most beautiful thing I’ve ever seen.
I will love you when you are a still day.
I will love you when you are a hurricane.

11 de noviembre de 2013

Ojalá que nunca me quede ciega.


Esta es la primera vez que me enamoro...

De alguien más. Esto es un tema muy amplio, ya van tres días que trato de darle una estructura a todo lo que se acumula en mi cabeza pero en realidad solo sigo pensando en más diálogos y situaciones de películas con las cuales me siento muy identificada y si sigo así... en realidad no sé que vaya a pasar, pero me duele la consciencia entera.

Admiro mucho a la gente que ha tenido cinco o seis relaciones afectivas a lo largo de su vida. A mis casi veinticuatro años solo he tenido dos relaciones verdaderamente importantes y juro que si hablara conmigo misma hace exactamente doce meses, esa yo llena de enojo y mocos JAMÁS creyó que esto iba a volver a pasar. Y sí, estoy contando desde los novios y novias que tuvieron en primaria, secundaria y prepa a los cuales ni siquiera se toman la molestia de mencionar. Yo jamás sentí algo remotamente parecido al amor puberto hasta mis dieciséis años (una vez escuché en Sabrina, la bruja adolescente, que a esa edad siempre es amor. Sí, voy en serio con esta referencia).Fue de esas veces que te duele respirar y existir si no estás con esa persona. Que no puedes dormir en la noche y que el corazón se te salía por la boca cada vez que la veías. La escuela, la familia y los amigos no son nada comparados con esa cantidad aberrante de endorfinas que produces cada vez que la tocas y que te toca y sientes que el mundo se te cae encima porque no hay manera de que puedas explicarle cuánto y cómo la amas. De esas relaciones sacadas de serie ridícula adolescente, prohibida por tus papás porque tiene el mismo órgano sexual que tú y haciendo que te aferres con todo lo que tu inmaduro sistema límbico te permite. Lo mejor y lo peor que había vivido. Seis años duré así, y me queda muy claro que fue amor porque, y me cito a misma, "cómo puede no serlo si duele tanto." Y cada hora de esos seis años la amé bajo ese concepto. Ese erróneo arquetipo que yo tenía predeterminado como amor. Sufrí muchísimo porque yo creía que así debía de ser; sentí los celos más incapacitantes y la inseguridad más denigrante posible porque yo cedí esa parte mía que pensé era innecesaria. "Hacemos juntas pequeños pedazos de las dos", escribí por ahí de Marzo del dos mil ocho.

La amé tanto como sabía hacerlo hasta que me quedé sin nada y ella lo hizo tanto como pudo. Y en el momento en que me quedé vacía, ya sin poder llorar, me di cuenta, por fin, de la realidad en la que vivía. Nada me hizo tan triste ni tan feliz que el saber que ella, con todo lo que representaba, era una transición importantísima a la partida de madre que se llama "madurez".

Y todo eso fue en una relación, la única que había tenido. Yo no entiendo como la gente puede pasar a través de tantas situaciones en las que se enamoraron o creían que lo habían hecho y seguir adelante tan fácil. En realidad los envidio mucho, porque yo solía ser una persona tremendamente apegada a las personas que amaba (no importa que tan bien o mal me trataran), lo cual resulta ser muy cansado.

Pero, ahora citándola a ella, "Ay vida cómo giras".

Hay tantas cosas que desconozco todavía, y ni siquiera estoy hablando del mundo en general, sino de mí misma. Y peor aún, lo que más se me dificulta aceptar es que hay tanto sobre lo que no tengo el control. Podría vivir lo que sea que me quede de tiempo con esas cosas dándome vueltas en la cabeza. Pensando en mí, en cómo no quiero que me lastimen, cómo cuidar mi inmenso ego y en cómo "si me chingas, te parto la madre el doble" y no se diga la impaciencia, esa puta impaciencia que se convierte en ansiedad, que inevitablemente termina en tristeza si no la sabes controlar.
Hace un año yo tenía un nudo constante en la garganta, que como cáncer me infiltraba la boca y se movía hacia mi cabeza. Estoy segura que debido a eso tuve una temporada en la que pensaba con las manos, todo lo que quería y me aliviaba temporalmente lo distinguía con el tacto. Obviamente nada bueno salió de eso, todavía recuerdo la última vez lo cansada que estaba la piel de mis palmas de tocar las cosas equivocadas. Por más tonto que suene para ustedes, gente que sabe cómo dejar ir, pensé que así iba a ser toda mi vida.

Claro que no fue así, pero en mi vasto ensimismamiento y poca imaginación, nunca, nunca, en verdad ni siquiera estuve cerca, de pensar en lo que me iba a pasar. Primero que nada, no, nadie me vino a salvar de las cosas que tenía que vivir, nadie me quitó lo triste y así fue que nadie aprendió las cosas que aprendí por mí.
De las características que todavía no he mejorado son mi expresión oral y escrita. Ni hace seis años, ni hace uno, ni en este momento he sabido cómo explicarlo; supongo que son de esos momentos en la vida que no se hicieron para eso y yo estoy terca en querer hacerlo tangible. O igual y nada más me quiero explicar cómo es que pasó, que hasta el día de hoy todavía no entiendo.
La segunda vez que la vi fue un parteaguas en mi yo consciente, el problema es que no sabía el alcance que iba a tener en mi vida. Todo se vuelve bastante borroso debido al lugar en el que estábamos, pero mi ser lleno de alcohol pensó: "ojalá que así fuera mi próxima novia". No pensé que el universo fuera a tomarse el comentario más intrascendente de la noche tan apecho. Si las cosas hubieran salido como yo pensaba, probablemente no estaría en donde estoy ahora, todavía asimilando el concepto tan diferente que tengo sobre lo que más quiero en este mundo.
Yo creía y me consideraba una persona paciente, hasta que se me negaba algo que yo quería. En ese momento se hacía evidente toda madurez emocional y mental que no tenía, para tratar de obtener algo que probablemente no era mío, no merecía o no era su tiempo. Si ella hubiera querido o podido estar conmigo en el momento en que a mí se me ocurrió que iba a ser buena idea... bueno, me da poquita vergüenza al pensar en todo lo que hubiera dejado ir.
Soy una enferma coleccionando fechas: la primera vez que esto, la primera vez que aquello, y siempre tenía mi línea del tiempo marcada con un post-it imaginario de cuándo pasó tal cosa importante. Entenderán mi frustración cuando literal un día (algún día que no recuerdo) la vi y supe que ya había valido madre. Recuerdo haber pensado exactamente eso.
Todavía tengo párrafos escondidos por ahí entre mi cosas, en los cuales juraba que se me iba un pedazo de corazón cada vez que la tocaba, lo cuál no era muy seguido. Ahora que lo pienso, escribí más arriba que yo creía que esto jamás me iba a volver a pasar, y no estaba equivocada; esto es completamente diferente. No tengo la menor idea de cómo denominarlo, hace poco le dije que la amaba, les digo que estoy batallando mucho en expresarme, estoy segura que va mucho más allá de eso pero no sé cómo se llama. Y lo dije "hace poco" porque fue cuando tomé el valor para hacerlo, que esto lo siento hace mucho más de lo que ella piensa, incluso probablemente antes de que yo me diera cuenta. Espere pacientemente seis meses antes de poder entender lo que en realidad significa acostarse con alguien, y otros ochos meses más, para poder tener lo que hace casi ya un año pedí entre tanto humo y alcohol.
Es muy raro darte cuenta de cómo no importa si va a funcionar o no, si fui la primera o si voy a ser la última; absolutamente nada de eso tiene relevancia, así como tengo la oportunidad de decir que la amo, así puede que se vaya mañana. Lo que sí puedo asegurar es que ya me salvó la vida en muchas maneras que no se imagina, inclusive después de que yo sola me salvé, y en realidad lo único que quiero es que me deje pasar el tiempo que sea que tenga que pasar junto a ella, porque esto hace mucho que no se trata de mí, sino de la oportunidad de regresarle todo lo que me ha dado. 

Parece que a tu esperanza le pasó lo que a la mía.